Raphael 

 

Raphael (Miguel Rafael Martos Sánchez) nació en 1943 en Linares, Jaén, y es una de las figuras más  importantes del pop melódico español. Desde muy joven mostró talento para el canto y ganó el premio a lo mejor voz infantil de Europa en el festival de Salzburgo en 1952. En 1962 firmó con la discográfica Phillips y comenzó a grabar sus primeros temas. Su gran despegue llegó en 1966 con su participación en el festival de Eurovisión con el tema. Yo soy aquel, quedando en séptimo lugar, pero marcando el límite de su fomento internacional. Su estilo combina  el pop  melódico con la canción española y la balada dramática. Destaca por su potente voz y su expresiva interpretación en el escenario. Con su personalidad, arrolladora en su capacidad vocal, se ha convertido en una de las estrellas más grandes del pop español, siguiendo en activo hasta la actualidad.


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Miguel Rafael Martos Sánchez (LinaresJaén, 5 de mayo de 1943), más conocido como Raphael, es un cantante y actorespañol. Popular a nivel mundial por su amplio rango vocal y su presencia escénica, ha vendido más de 70 millones de álbumes en hasta 7 idiomas. Su carrera se expande por más de 60 años, con una gran influencia en el mercado hispanohablante desde principios de la década de 1960 hasta la actualidad.

Su despegue como estrella musical se produjo a principios de la década de 1960, ganando el Festival de Benidorm y representando a España en el Festival de Eurovisión en 1966 y 1967 con las canciones «Yo soy aquel» y «Hablemos del amor», ocupando las posiciones 7.ª y 6.ª, respectivamente. En 1967, actuó en la sala grande del Madison Square Garden, en Nueva York, donde cantó ante 48.000 personas.[3][4][5] En 1982 recibió un disco de uranio por las ventas de más de 50 millones de discos durante su carrera musical.[6][7][8]

Actualmente, es considerado uno de los cantantes más activos de los llamados «divos de la balada romántica», realizando giras por toda América y Europa, transmitiendo desde hace 60 años de carrera artística,[9][10] un repertorio pletórico de novedad, por lo cual sus canciones más antiguas se están grabando de nuevo, remasterizándose así con sonidos modernos más allegados a la juventud actual.

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Fuente Wikipedia


El ÍDOLO

Después de medio siglo de actividad musical, siempre en primera línea, se quedan cortos los adjetivos para definir a este niño de Linares que ha sabido envejecer como nadie. Icono social de los 60, artista respetado en los 70, referencia obligada en los 80… y así hasta este siglo XXI. Un cantante con buena voz y mejor cabeza que ha sabido estar al margen de las modas y a la vez, integrarse de forma natural en ellas.

Miguel Rafael Martos Sánchez nació en Linares el 5 de mayo de 1943, siendo el tercero de cuatro hermanos. Al año siguiente, su padre, ferrallista de la construcción, hace el petate y la familia se viene a Madrid, concretamente a la calle Carolinas, esquina a Bravo Murillo. De allí serían desahuciados e irían a vivir al barrio de Carabanchel. A los cinco años ya canta en un coro escolar y en 1953 representa a España en un concurso europeo de escolanías infantiles, que se celebró en Salzburgo, del que resulta vencedor. Son tiempos difíciles en los que Rafael llega a mendigar en la boca del metro.

Pasan los años y el niño que asombraba a todos cambia su voz y su estilo. Jamás ha dudado que la canción iba a ser su vida. Son años de rock twist, pero también de canción melódica copla. Rafael es capaz de tocar todos los palillos…y de tocarlos bien.

A finales de 1960 se inscribe en la escuela del maestro Gordillo, adonde también acuden las futuras Rocío Durcal y Massiel. Su profesor enseguida vaticina: “Esto que haces tú, no lo hace nadie. Si al público le gusta no habrá dinero suficiente para pagarte. Si no, tendrás que buscar otro camino”. Gana concursos radiofónicos y canta por las tardes en un modesto local llamado La Galera. También canta a veces en un puticlub en el que actúa como pianista un muchacho llamado Manuel Alejandro, con el que traba pronto amistad.

Gracias a los esfuerzos de su mentor, en 1961 aparece por primera vez en televisión. Consigue una audición para el sello Philips. Aquella ph que había visto en la marquesina de entrada de la marca iba a quedar incorporada a su nombre, que ya sería para los restos, Raphael. Incluso para darle internacionalidad en las primeras portadas de sus discos aparecía con una diéresis encima de la e. Las oficinas de la discográfica estaban en el Paseo de las Delicias y, aunque parece ser que no estuvo muy fino en la prueba, salió de allí con un contrato bajo el brazo. Cuenta la leyenda que ese mismo día firmó también su contrato un muchacho granadino llamado Miguel Ríos.

Paco Gordillo, hijo de su maestro iba a ser su primer representante y se ocupó, de común acuerdo con Philips, de lanzar a Raphael en Benidorm. Aparece su primer EP: “Tu Cupido / Inmensidad / Te Voy a Contar mi Vida / Perdona, Otelo” (Philips, 1962), que tendrá una fría acogida. En este primer disco las cuatro canciones están compuestas por su amigo Manuel Alejandro. Será decisivo en su carrera y compondrá casi en exclusiva para él, firmando la mayor parte de sus mayores éxitos.

Pero pronto va a destapar el tarro de las esencias. Se buscaba urgentemente un cantante para ir a Benidorm. Se presentan al casting Víctor Ponti, Maribel Llaudes y Raphael, siendo elegido. Hasta cuatro canciones inscribió en el Festival, logrando algo que nunca volvería a repetirse: copar los tres primeros premios de Benidorm 62. Por este orden: “Llevan”, “Quisiera” “Cada cual”. Esto se tradujo en dos nuevos extended play, que aparecerán al mismo tiempo y con numeración correlativa: “Llevan” (Philips, 1962)“Quisiera” (Philips, 1962). Todos hablan de su especial estilo interpretativo y su nombre comienza a sonar y mucho en el panorama musical.

MÚSICA

PERFILES


 

Audición de canciones